Violencia doméstica, violencia de parejas, violencia dentro de las relaciones, violencia infligida por la pareja – no importa cómo lo etiquetemos, es algo de lo que no nos gusta hablar. O quizá sea más exactamente, es algo que no sabemos cómo hablar – especialmente si le pasa a alguien cercano.
Sin embargo, es muy importante aprender a hablar de esto – en formas que puedan verdaderamente ayudar a las personas que lo están viviendo (lo que es más difícil se puede pensar).
¿Por qué es importante?
Porque:
30% de las parejas lidian con alguna forma de violencia doméstica.
1 de cada 4 mujeres experimentan violencia doméstica en algún punto de sus vidas.
1 de cada 4 hombres gay experimentan violencia doméstica.
17-45% de mujeres lesbianas han reportado haber sido víctimas de al menos un acto de violencia física ejercida por su pareja.
74% de los estadounidenses personalmente conocen a alguien que es o ha sido víctima de violencia doméstica.
En resumen, es probable que conozcas a más gente experimentando violencia doméstica de lo que crees.
¿Qué no funciona?
Si ves las señales de violencia de parejas, ¿qué puedes hacer para ayudar?
Tu primer instinto puede ser decirle a la víctima que está en una situación de violencia de pareja y que necesita salir.
Cuando lo hagas responderá con sorpresa o actuará a la defensiva y dirá “no sé de qué estás hablando”. Probablemente estarás confundido, trastornado e insistirás en la importancia de que abandone esa situación de abuso.
Cuando te digan que no están siendo agredidos (aunque puedas ver los golpes, hayas escuchado los insultas y hayas visto cómo se ha deteriorado su autoestima) o que no pueden dejar a la persona e irse, puedes sentirte frustrado y alejarte pensando, “bueno, si quiere quedarse…”
PARA – Antes de que recorras este bien intencionado pero frustrante camino, recuerda que el agresor probablemente ha trabajado muy duro para aislar a la víctima y destruir su autoestima y sentido de valor propio a través de abusos emocionales, verbales, físicos, sexuales, financieros y de identidad.
Esto puede generar sentimientos fuertemente atrincherados de culpa y pena; además, las víctimas de violencia doméstica suelen ocultar lo que está sucediendo de su familia, amigos, colegas y cualquier otra persona o grupo de apoyo – si estos no han sido alejados ya por el agresor.
Aunque sabemos que tienes buenas intenciones, decirles lo que están viviendo y qué deben hacer puede aumentar el aislamiento de la víctima porque quizá no está lista para confrontar a su agresor.
Es muy importante dejar que sea la víctima quien determine los pasos a seguir, que tome sus propias decisiones y retome el control y el poder sobre su vida.
Cuando tomamos las decisiones por los otros, cuando tratamos de ayudarlos si no están listos, les estamos quitando el poder y control.
Para que las víctimas encuentren el poder y el coraje para alejarse de forma segura de su agresor, necesitan tener la confianza acerca del poder y el control que tienen sobre su propia historia y su vida.
Eso es algo con lo que sí puedes ayudar – puedes reflejar el poder y el control que sí tienen, así como las buenas decisiones que hacen cada día. Esto puede ayudarles a encontrar su fuerza más rápido.
Bueno, ¿cómo se tienen estas conversaciones? No siempre es fácil, pero esta es una lista de formas en las que puedes apoyar a alguien cercano a empoderarse y tomar acción para escapar el abuso.
Busca apoyo del programa local de violencia doméstica
Descubrir que alguien cercano está siendo maltratado es difícil y saber cómo abordarlo puede ser más intimidante.
Recuerda, no estás solx. Puedes acercarte a las personas cuyo trabajo es ayudar a quienes sufren de violencia doméstica y apoyarte en sus consejos.
Cuando llames al programa local de violencia doméstica, habla acerca de:
Lo que puedes decir en una primera conversación con la víctima, en especial para que entiendas que es lo que TÚ te sientes más cómodo diciéndoles. Puedes incluso practicar con ellos para asegurarte que no estás proyectando cualquier juicio.
Lo que la víctima puede esperar en una primera llamada a una línea de atención sobre violencia doméstica. Est puede reducir el misterio o el miedo de buscar ayuda.
Qué derechos, opciones y recursos locales puede acceder la víctima en el área donde se encuentra.
Unos consejos básicos de planeación de seguridad para ayudar a la víctima a llega a un lugar seguro donde puedan contactarse con profesionales sobre violencia doméstica. La planeación de seguridad es una herramienta para ayudar a las víctimas a pensar formas y recursos para mitigar la situación de violencia. Cada plan suele estar diseñado a las necesidades y a la situación específica de la víctima.
Hablar sobre cómo estás lidiando con el saber que alguien cercano está siendo maltratado. El impacto del abuso no se limita a la víctima, también puede afectar a las personas cercanas. El Trauma Vicario (Estrés Traumático Secundario) es real. Por eso es importante que mientras apoyas a la víctima con esta situación, tú también cuentes con apoyo. Esto es muy importante para los sobrevivientes de violencia doméstica puesto que puede evitar desencadenar el trauma vivido, trayendo de vuelta memorias y emociones difíciles y llevándonos a que nos proyectemos en su situación.
Habla con la víctima por primera vez del abuso
Lo más importante de estas conversaciones es comunicar tu preocupación sin juzgar. Deja que la víctima cuente su historia y decida sobre su proceso.
Recuerda, nadie entiende a su agresor y su situación mejor que la víctima. Si bien has podido ver algunos signos de abuso, probablemente hay muchas cosas que no entiendas de la relación que afecta cómo la víctima se siente y piensa.
En cambio, enfócate en crear un espacio donde la víctima puede redescubrir su poder y control sobre su vida y, así, pueda decidir qué pasos quiere tomar. Recuerda, esto es sobre la víctima y no sobre lo que tú quieres para él o ella.
Algunas cosas que debes tener en mente durante la conversación son:
Utiliza palabras que transmitan preocupación sobre su seguridad sin juzgar su relación ni al agresor. Preguntar por qué sigue con una persona tan terrible lo más seguro es que lleve a que la persona se cierre. Por el contrario, utiliza lenguaje como: “Cuando vi que X cosa pasó, me preocupé por tu seguridad. ¿Has pensado en hablar con alguien sobre lo que estás pasando?” o “He escuchado de situaciones similares por otras personas y sé que hay líneas de atención gratuitas y confidenciales disponibles en cualquier momento”. Este tipo de lenguaje ayuda a que la víctima se dé cuenta que no es responsable de la conducta violenta de su pareja y que no tiene que defenderla.
Muéstrale que pueden tener su poder y su control de vuelta, mientras también los apoyas. Un ejemplo es: “Aquí hay algunos recursos para cuando estés listo/a. Te animo a que llames, pero quiero que sepas que es tu situación y tú sabrás que es lo mejor para ti. ¿Hay algo que pueda yo hacer para ayudar?”
Entiende dónde se encuentra la persona y no intentes cambiarle la mente. Lo que eligen hacer debe ser respetado, incluso si eso es permanecer con el agresor. Mientras algunos quieren alejarse completamente de la situación, otros simplemente quieren que el abuso termine. No todos los agresores son personas malvadas de una sola cara, son personas complejas y muchos han sido víctimas de maltrato en su pasado. Hablar con alguien de forma segura sobre lo que están viviendo, buscar opciones para que el agresor trabaje sobre el manejo de su violencia o reportarlo a la policía son todas opciones válidas si eso es lo que la víctima quiere. Lo importante es que sea la víctima quien decida a quién buscar y cuándo.
Recuérdale a la víctima que nadie merecer ser agredido y que nada de lo que han hecho justifica esa violencia contra ellos. Debido a las agresiones, probablemente ha internalizado las palabras del agresor de que es su culpa, que no es lo suficientemente bueno/a, que merecen el trato que están recibiendo y que nadie más los va a amar. Por eso, muéstrale a la víctima que es buena, importante, querida y que merece estar en un mejor lugar.
Sé como una caja de resonancia positiva y sin juicios mientras la persona decide cómo se ve una relación sana y una tóxica, particularmente con respecto al abuso emocional y verbal. En nuestra sociedad, comportamientos poco sanos como poner apodos o responder con ira son normalizados. Sin embargo, en relaciones sanas, las personas reconocen cuando cometen errores y se disculpan – los agresores no. Entonces, ayuda a la persona a reflexionar sobre cómo su pareja maneja el conflicto. Si el agresor no reconoce que ha hecho algo mal y culpa a su pareja por su comportamiento, puede ayudar a la víctima a reconocer el patrón de la conducta controladora.
Comparte con la víctima los servicios a los que puede acceder y la ayuda que estos ofrecen. Brinda tu apoyo acompañándola a una organización de violencia doméstica o estando con la persona cuando llame a una línea de atención. Recuerda, no los presiones a hacer algo o a tomar una decisión, no solo es eso controlador, sino que es probable que la persona desista de buscar ayuda.
Apoyo al largo plazo
Es importante recordar que en promedio, le toma entre 7 y 13 intentos de dejar la situación a una víctima antes de que logre liberarse de una relación abusiva. Además, abandonarla puede ser la parte más peligrosa en estas relaciones y, de hecho, es cuando la mayoría de víctimas son asesinadas. Abandonar una relación abusiva requiere planeación concienzuda, establecer apoyo y necesita hacerse de forma segura, en especial si hay niños involucrados. Por lo tanto, tu primera conversación puede no llevar al cambio.
No obstante, plantaste la semilla de que merecen más y que hay personas que pueden y van a ayudar.
Dependiendo de la extensión del daño que ha causado el agresor al autoestima y sentido de valor propio, puede tomar un largo camino para que la víctima encuentre la fuerza para tomar cualquier acción distinta a lo que ya está haciendo para lidiar con el maltrato.
Por lo tanto, es importante que manejes tus expectativas sobre el impacto de tu apoyo. No puedes salvar a alguien, pero puedes estar para esa persona incondicionalmente.
Por el contrario, puedes con facilidad sentirte frustrado y resentido. Puede llevar a momentos donde solo quieras gritar: “¡¿Por qué no simplemente te vas?!” o, “¡solo escúchame y ve a hablar a X organización!”, o incluso “¡me tomé todo el tiempo haciendo esta investigación sobre los recursos que tienes disponibles y ni siquiera me llamaste de vuelta!”
Es común que queramos rescatar a otros. Aunque esto está bien intencionado, cuando intentamos resolver los problemas de los demás, solo les quitamos el poder que tienen.
Al mismo tiempo, apoyar a alguien en una relación abusiva puede ser difícil y puede asustar. Como ya mencionamos, es importante que tú también busques apoyo en la agencia local de violencia doméstica. Si tú eres sobreviviente de abuso, es especialmente importante que te cuides para que esta situación no desencadene el trauma pasado.
Recuerda estas palabras
Si todo esto suena muy abrumador, recuerda estas palabras: “No importa qué decidas hacer, yo te voy a apoyar y voy a estar para ti cuando me necesites.”
O si no puedes o no quieres decir eso, puedes intentar: “Aquí hay servicios gratuitos y confidenciales que pueden ayudarte en cualquier momento del día o de la noche. No estás solo/a.”
Con estas palabras has respetado su autonomía y has reflejado que confías en que pueden tomar la mejor decisión por su cuenta.
Y, si lo dices constantemente, puede resonar más alto que la voz del agresor y animarlos a tomar acción para ponerle un fin al maltrato.
Este artículo se publicó originalmente en Everyday Feminism y se escribió con colaboración entre Liz Odongo y Sandra Kim. Liz Odongo es directora de Entrenamiento y Alcance de la Coalición en Contra de la Violencia Doméstica de DC (DCCADV por sus siglas en inglés). El DCCADV involucra a la comunidad para apoyar a los sobrevivientes, abordar las brecha s del sistema e implementar iniciativas que empoderen. Liz es responsable de diseñar, facilitar y evaluar oportunidades de entrenamientos para los miembros de la Coalición, de la fuerza armada, agencias gubernamentales y organizaciones comunitarias.Sandra Kim es la fundadora CEO y Co-Editora de Everyday Feminism. Ella utiliza su experiencia profesional y personal con trauma, transformación personal y el cambio social y les da un giro feminista.