En el pasado no tan distante, me enteré que alguien que conozco había abusado sexualmente de una ex compañera de trabajo suya. Este hombre no era exactamente un amigo mío, pero era ciertamente alguien en quien confiaba.
Fue un golpe escuchar acerca de la agresión, porque inmediatamente supe que era verdad, ni siquiera por el hecho de que la gran mayoría de abusos sexuales y violaciones reportadas son verdaderas, sino porque, en algún nivel, tenía sentido. Él siempre había caminado por la línea que define los comportamientos aceptables y los que no lo son, y esta vez había cruzado esa línea.
Me ha costado mucho trabajo este artículo, y este tema en general, desde hace un tiempo, porque estoy avergonzada de decir que, a pesar de las náuseas que me invaden cuando su nombre es mencionado y los recuerdos felices que ahora están completamente arruinados, aún hay una parte de mí que se siente en apuros para clasificarlo como una mala persona. Aún cuando, bajo la definición de “mala persona” que he acogido en mi vida, él lo es.
Me siento asqueada y con el corazón roto. Me rehúso a excusar su comportamiento en lo absoluto.
Él tomó una decisión, y fue la equivocada.
Pero esta vez, el perpetrador no es simplemente un nombre en un artículo sin un trasfondo para mí.
A él lo conozco.
A él lo conozco.
Y eso me descompone. Profunda y totalmente.
¿Qué harías si alguien que conoces abusa sexualmente o viola a otra persona?
¿Qué harías si es alguien que te importa quien está perpetrando estos actos atroces?
Y aunque, con suerte, no tienes alguien en tu vida que sea un perpetrador, particularmente dado que la mayoría de los abusos y violaciones son cometidas por el mismo pequeño porcentaje de personas, aún así es una pregunta que debemos hacer. Es una situación importante para reflexionar.
Porque yo pensé que tenía una respuesta. Pensé que sabía cómo reaccionaría.
Pero ahora no estoy tan segura.
Tengo dos reacciones bastante instintivas, y desafortunadamente contradictorias, para el aprendizaje sobre abusos sexuales:
No tomar prisioneros. Quien sea que haya sido el atacante o violador, ha cometido un acto violento que está diseñado para oprimir y silenciar. Ellos merecen consecuencias.
Debe haber una manera de salvarlos a todos. Haciendo un lado los casos de infractores extremos, seguramente la rehabilitación es una posibilidad. El tratamiento psiquiátrico es maravilloso y debe haber algo que valga la pena en la mayoría de personas. Al menos, eso me gustaría creer.
Pero estas perspectivas opuestas que se manifiestan internamente, no necesariamente toman parte en las realidades de muchas personas.
Porque la realidad es que: la mayoría de los abusos sexuales no son reportados.
Y los que lo son tienen una posibilidad deprimentemente pequeña de ser resueltos en la manera justa que todos nosotros deseamos.
Entonces, dadas las complicaciones inherentes a una situación como esta, ¿cuáles serían algunos de los pasos concretos que podrías tomar? ¿Cuál sería el plan de juego que podrías mirar en el horrible caso de que te llegara a ocurrir?
SEGURIDAD
Asegúrate de que todos estén a salvo –tú y el/la sobreviviente, sobre todo y en primer lugar. Pero en algunas circunstancias puede tener sentido asegurarte de que quien haya perpetrado el abuso también se encuentre a salvo.
El hecho de conocer o no a el/la sobreviviente influenciará en gran medida tus decisiones.
¿Debes llamar a la policía? ¿Quien sobrevivió no desea verse enredada(o) en el sistema legal? En algún punto esta decisión puede ser arrebatada de quien sobrevive. No seas la persona que lo haga.
Si no conoces a el/la sobreviviente, ¿estás peligro por saber sobre el abuso?
¿O simplemente necesitas irte del lugar e irte a otro lado?
Considera hacer un plan de seguridad, para ti o para pasar la información a el/la sobreviviente.
Los planes de seguridad son usados más comúnmente en situaciones de violencia doméstica, pero la idea de planear qué hacer y a quién llamar en caso de una emergencia es una buena idea sin importar quién seas.
Para adultos, pueden recurrir al Centro de Atención e Investigación Integral a las Víctimas de Delitos Sexuales (CAIVAS)* en Bogotá para obtener atención. En el resto del país a la Comisaría de Familia o Unidad de Reacción Inmediata (U.R.I) de la Fiscalía más cercana**.
APOYO
Sé comprensivo y brinda apoyo a el/la sobreviviente si se acerca a ti, pero no asumas el control.
Esto obviamente depende de si conoces a el/la sobreviviente o alguien más afectado por la agresión. Puede ser una amiga en común teniendo dificultades para procesar la agresión y puede ser incluso la razón por la que te enteraste del abuso sexual en primer lugar.
El empoderamiento viene de tomar tus propias decisiones, así que deja que el/la sobreviviente tome las mejores decisiones para ella misma y su vida.
Usa lenguaje de apoyo. Empieza diciéndole algo como: “Te creo”.
Puede no parecer mucho, pero empezar con una afirmación así hace toda la diferencia. Puede empezar el proceso de él/la sobreviviente para recuperar su poder.
Pregúntale a el/la sobreviviente qué le gustaría que hicieras: escuchar, ayudar con una tarea específica, o cualquier tipo de ayuda a largo plazo.
Asegúrate de que, mientras te sientas cómoda con lo que te pida, lo hagas. Si te pide escuchar, solo escucha.
Continúa brindándole apoyo, y reconoce sus sentimientos y experiencias.
LIDIA CON EL/LA PERPETRADOR(A)
Recientemente ha habido muchas conversaciones sobre exponer la misoginia y cuáles son los pros y contras de esta táctica para avergonzar públicamente a otros.
En últimas, esta debe ser tu decisión – hasta cierto punto.
Le puedes decir a la gente – pero solo hasta el punto en que se sienta cómoda el/la sobreviviente.
O puedes simplemente remover a esa persona de tu vida y concentrarte en apoyar a él/la sobreviviente.
Borra a esta persona de tu teléfono, bloquéala de Facebook y Twitter, o no vayas a pequeños eventos donde sabes que estará quien haya perpetrado el abuso. Cualquier cosa que sientas que tienes que hacer.
Recuerda, no excuses o trates de justificar las acciones quien haya perpetrado el abuso. Sé que esto parece obvio, pero dependiendo de qué tan bien lo/la conozcas y cuánto lo/la estimes, puedes tener lealtades en conflicto.
Esto es perfectamente entendible y natural, pero no dejes que se apoderen de ti.
Reconoce tus sentimientos y trata de lidiar con ellos a tu propio ritmo, pero no excuses este tipo de acciones o caigas en la trampa de culpar a la víctima.
Otra medida que podría estar a tu disposición podría ser hablar con quien perpetró el abuso. Dentro del contexto de ciertas relaciones, sería perfectamente natural que quisieras sentarte con tu amigo(a) –ahora perpetrador(a)- y hacerle saber cómo te sientes y las consecuencias de sus acciones.
No hagas esto si sientes incluso la más mínima duda. Si tienes alguna sensación de no saber cómo va a reaccionar quien perpetró el abuso, o si piensas que podría ponerte en algún peligro, no lo(la) confrontes sobre el abuso sexual.
TERAPIA
Esto puede servir para ayudar a el/la sobreviviente a encontrar un espacio para desahogarse. O puede servirte a ti, como sobreviviente secundario.
O puede servirle al perpetrador si te sientes particularmente benevolente.
Cosas para tener en cuenta a la hora de encontrar un terapeuta:
1) Especialización. Investiga un poco cuál es su tema central de trabajo. Hay terapeutas que se enfocan en el trauma.
2) Título. ¿Preferirías hablar con un psiquiatra, psicólogo, o consejero? De nuevo, investiga un poco para descifrar qué tipo de terapia sería mejor para ti.
3) Estás en el colegio? Muchos colegios tienen terapeutas en su personal o pueden referirte a un fuera de tu colegio.
4) ¿Puedes acercarte a una organización nacional o local que trabaje temas de violencia sexual? A menudo estas organizaciones tienen buenos recursos para lidiar con el trauma.
5) Sé consciente de los costos, teniendo en cuenta si tienes o no seguro de salud (y si este cubre salud mental). Investiga sobre lo que es considerado el precio estándar en tu área. Trata de averiguar si hay alguna forma en que recibas esta ayuda gratuitamente o con algún descuento debido al trauma sufrido. De nuevo, estas organizaciones que trabajan asuntos de violencia sexual pueden resultar un buen recurso para esto.
6) Finalmente, recuerda que no te debes quedar con el terapeuta que inicialmente elegiste. Si lo conoces y no te sientes bien, probablemente no es el más adecudado.
AUTOCUIDADO
Asegúrate de que estás emocionalmente estable y saludable. No cuides solamente de aquellos que te rodean.
El autocuidado puede involucrar cualquier cosa, desde la terapia mencionada anteriormente hasta aceptar que el abuso no fue tu culpa, o alejarte de la situación si y cuando sea apropiado para ti hacerlo.
Trata de identificar específicamente qué emociones estás sintiendo. ¿Sientes la mezcla de lealtades que mencioné anteriormente? ¿Sientes culpa en algunos momentos por no darte cuenta antes del tipo de persona que era quien perpetró el abuso? ¿Estás enojada(o)? ¿Te sientes impotente?
Trata de identificar cuáles son las emociones con las que te sientes cómoda(o) sintiendo o lidiando, y empieza a tratarlas una a la vez. `
Por ejemplo, hay mucha información sobre autocuidado en la página de Everyday Feminism. Uno de los artículos que ha sido particularmente útil para mí fue ¿Cómo estar alterado? (De una buena forma) (How to Be Upset (In a Good Way))
Para más información general sobre auto cuidado, este artículo tiene buenos consejos para empezar.
Uno de los temas centrales de este artículo que estoy tratando de transmitir es que hagas lo que necesites hacer para cuidar de ti misma(o).
Si sientes que puedes alejarte, entonces eso es lo que necesitas hacer, y nadie puede quitarte eso. Si estás en una posición en la que puedes apoyar a el/la sobreviviente o a alguien más afectado por el ataque, está bien también. Pero siempre recuerda chequear contigo y ver cómo estás.
PREPARACIÓN
Eventualmente, podrías llegar a un lugar donde puedes ser capaz de examinar cómo reaccionaste en ese momento, y así hacer un plan sobre cómo quieres reaccionar de nuevo si algo así vuelve a pasar.
Parece improbable que algo así te suceda más de una vez, por supuesto, pero para algunas personas, estar preparado es una forma de terapia en sí misma.
¿Saltaste a conclusiones cuando te enteraste? ¿Te cerraste? ¿Mostraste externamente tu rabia mucho más de lo que hubieras querido?
Puede sonar tonto, pero practica diciendo frases afirmadoras y empoderadoras, algo parecido al “Yo te creo” que discutimos anteriormente.
Esta práctica te dará una caja de herramientas para trabajar y ayudarte a prevenir que te cierres o digas la primera cosa que pase por tu cabeza.
Acuérdate algunas de las cosas que aprendiste cuando pasaste por esto la primera vez. ¿Qué funcionó? ¿Qué no? Escríbelas. Será una forma concreta de mirar hacia atrás en caso de encontrarte en esta terrible situación de nuevo.
Practica el autocuidado en general.
Entre más estés centrada(o) en tu día a día, más fácil será para ti manejar las cosas difíciles. Además, tendrás herramientas a las que ya estarás acostumbrada(o) para recurrir en las situaciones difíciles.
Conocer o querer a alguien que es un depredador sexual es una posición difícil en la que estar para cualquiera.
Puede causarte cualquier cantidad de reacciones y sentimientos que pueden ser completamente inesperados.
Y no es algo de lo que estemos hablando.
Nuestra sociedad ya tiene suficientes dificultades apoyando a víctimas inmediatas de abuso sexual y violaciones, y en general, hay muchas personas que no reconocen el trauma secundario que ocasiona en las personas que rodean a quien perpetra el abuso perpetrador y a el/la sobreviviente.
Estas voces negativas pueden ser difíciles de bloquear, pero con suerte ahora tú tienes algunas herramientas más para trabajar, tanto para educar a otros como para ayudarte a ti mismo a través del proceso de sanación.
*El teléfono del CAIVAS en Bogotá es 2880557. O también puedes llamar a la línea de atención de casos de violencia hacia las mujeres de la Secretaría Distrital de la Mujer al número 155 gratuitamente.
** También puedes acercarte al Centro de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar a través de la línea gratuita 01 8000 127 007.
Recuerda que si tienes alguna duda de dónde recurrir en tu ciudad o en tu universidad, puedes escribirnos a rosariosinbragas@gmail.com o alertavioleta@gmail.com. Allí te podemos ofrecer información de rutas de atención jurídica, psicológica, entre otros, para casos de violencia de género. Si necesitas hablar o quieres contarnos tu historia, nuestras puertas siempre están abiertas.
Artículo publicado originalmente en Everyday Feminism por Julia Dieperink, una feminista que vive, y a veces trabaja, en Washington, DC. Estudió Historia; Estudios sobre Mujeres, Género y Sexualidad; y Mujeres y Política en la American University. Actualmente, Julia está escribiendo para el blog Where is Your Line? Y es más activa en la arena sobre violencia de género, en el Internet y fuera de él. Puedes encontrarla en Twitter como @jdieperink con una encantadora mezcla de activismo y retweets ñoños.