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Comunicado a la opinión pública
Abril 28 de 2015
Rosario Sin Bragas y el Consejo Estudiantil de la Escuela de Ciencias Humanas lamentan las reacciones por parte de algunos miembros de la comunidad rosarista y de la sociedad en general, sobre los hechos sucedidos el día de hoy con respecto a la desaparición de nuestra compañera Alejandra Sánchez.
Como estudiantes, compañeros/as y amigos/as de Alejandra, estamos felices de que haya aparecido a salvo, después de 48 horas de no tener noticias de su paradero. Asimismo, nos sentimos orgullosos del apoyo y la solidaridad con la que actuaron muchos rosaristas que utilizaron las herramientas a su disposición para contribuir con su búsqueda.
Sin embargo, rechazamos las reacciones de intolerancia e irrespeto por parte de algunas personas de la comunidad rosarista que dicen sentirse “indignadas” por la versión dada por la Policía Nacional sobre la causa de la desaparición de Alejandra, sin que esta información fuese confirmada por su familia. Estamos convencidos de que los medios de comunicación han dado un tratamiento irresponsable al caso. Algunas plataformas web incluso han promovido tratamientos irrespetuosos sin considerar que, independientemente de las causas de la desaparición, la familia de Alejandra vivió más de 40 horas de tortura.
Colombia, un país en el que las desapariciones forzadas son un delito cometido de manera sistemática y en el que las manifestaciones de violencias de género, como el feminicidio, son el pan de cada día, mal haríamos como sociedad cuestionar el accionar de las autoridades y de los familiares de Alejandra. De hecho, en Cali, solo en enero de 2016 se reportaron 15 feminicidios, precedidos de 82 que se reportaron en 2015 y 144 reportados en el 2014. Además, el ejercicio periodístico siempre ha sido una profesión de alto riesgo. Según el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica “La palabra y el silencio”, entre 1977 y 2015 fueron asesinados 152 periodistas en Colombia por razón de su oficio.
Ahora bien, el CICR afirma que, en Colombia, cada hora se reporta un desaparecido, y solo uno de cada tres reaparece, muerto o vivo. Para fortuna de Alejandra y su familia, su caso es uno de los pocos que tiene un final feliz. En este sentido no entendemos ni compartimos la indignación que produce la poca información que se ha reportado del caso. Si Alejandra hubiese aparecido con signos de violencia o con algún tipo de rastro de droga en su organismo ¿los indignados se sentirían satisfechos?
En un país como el nuestro, cualquier indicio de desaparición justifica que la familia, amigos y autoridades dispongan de todas las herramientas necesarias para encontrar a la persona con vida y en el menor tiempo posible. Incluso, es un deber del Estado investigar la desaparición de cualquier persona desde el momento en que sea reportada como desaparecida. Así lo confirma la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia “Caso algodonero vs. México”:
"[...] ante tal contexto (de violencia) surge un deber de debida diligencia estricta frente a denuncias de desaparición de mujeres, respecto a su búsqueda durante las primeras horas y los primeros días. Esta obligación de medio, al ser más estricta, exige la realización exhaustiva de actividades de búsqueda... Las autoridades deben presumir que la persona desaparecida está privada de libertad y sigue con vida hasta que se ponga fin a la incertidumbre sobre la suerte que ha corrido".
Invitamos a todas y todos a no juzgar a Alejandra ni hacer más especulaciones sobre el caso dado que no conocemos los verdaderos motivos de su desaparición. Igualmente, hacemos un llamado a respetar la privacidad de Alejandra y su familia, teniendo en cuenta que dichas especulaciones y la información que ha sido reportada de manera incompleta por parte de los medios de comunicación, pueden ocasionar daños a esta familia.
Queremos reafirmar que ningún esfuerzo realizado en la búsqueda de Alejandra fue en vano. Sus amigos y familiares actuaron con el corazón en el momento en que invitaron a toda la comunidad rosarista y a la sociedad en general a compartir la información sobre su desaparición. Por parte de Rosario Sin Bragas y el Consejo Estudiantil de la Escuela de Ciencias Humanas manifestamos que no nos arrepentimos de haber utilizado todos los medios que teníamos a nuestra disposición para la búsqueda de Alejandra y, en el caso en que una situación similar ocurra de nuevo, volveremos a juntar esfuerzos para ayudar las personas que así lo necesiten.